“Les
aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero
si muere, produce mucho fruto. ” JUAN
12:24 (NVI)
¿Qué hace un granjero con un
campo estéril que no está produciendo ingresos? No se queja de ello. Él no se
preocupa. No necesita orar por ello. Sólo sale y planta algunas semillas. Él
sabe que nada va a crecer hasta que la semilla esté en el suelo.
Todo en la vida comienza como una semilla
— una vida, una relación, un negocio, incluso una iglesia. Y no pasa nada hasta
que la semilla está plantada.
¿Están esperando en Dios para una
ganancia? Dios dice: "Yo estoy esperando que tú plantes una semilla."
¿Por qué Dios quiere que plantes una semilla? La siembra de semilla es un acto
de fe. Al plantar, estás participando con el proceso de Dios de la fecundidad.
Cuando tú siembras, tomas lo que tienes y lo das. ¡Eso es fe! Y trae gloria a
Dios.
Jesús describió este principio de
sembrar y cosechar cuando explicó por qué vino a la tierra para morir en la
Cruz. Jesús dijo, "Les aseguro
que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si
muere, produce mucho fruto.” (Juan 12:24 NVI)- Jesús estaba diciendo:
"Millones de personas se salvarán e irán al cielo a causa de mi muerte y
resurrección. Voy a plantar una semilla y la semilla es mi vida".
Aquí está el principio de la siembra y
cosecha: de lo que necesites, planta una semilla. Si necesitas más tiempo, da
más tiempo a tus hijos. Si necesitas más dinero, da más dinero a alguien que lo
necesita. Si necesitas más sabiduría, comparte la sabiduría que tienes con los
demás. De lo que necesites, planta una semilla. ¡Date a ti mismo!
No tiene sentido regalar algo que
necesitas más, pero esa es exactamente la actitud que Dios quiere bendecir, y
eso producirá fruto en tu vida. Cuando tengas una necesidad, no te quejes de
ello, no lo desees, no te preocupes por ello — ¡solo planta una semilla!
¿QUÉ ESCUCHASTE?
¿Qué te dijo Dios cuando
leíste hoy la Escritura y el devocional?
¿QUÉ
PIENSAS?
¿Cómo aplicas esto en tu vida?
¿QUÉ
VAS A HACER? No solo escuches la Palabra. Sé un
hacedor de la Palabra (Santiago 1:22).
AHORA
HABLA CON DIOS. Esto es donde cambias tus
pensamientos a oraciones. Pueden ser oraciones de gratitud o alabanza. Pueden
ser oraciones de confesión o peticiones para que Dios te ayude. Tú decides.
Toma un minuto para escribir la respuesta que Dios te dio en oración.
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