martes, 21 de junio de 2016

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“Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. ”                                                                                  JUAN 12:24 (NVI)
¿Qué hace un granjero con un campo estéril que no está produciendo ingresos? No se queja de ello. Él no se preocupa. No necesita orar por ello. Sólo sale y planta algunas semillas. Él sabe que nada va a crecer hasta que la semilla esté en el suelo.
Todo en la vida comienza como una semilla — una vida, una relación, un negocio, incluso una iglesia. Y no pasa nada hasta que la semilla está plantada.
¿Están esperando en Dios para una ganancia? Dios dice: "Yo estoy esperando que tú plantes una semilla." ¿Por qué Dios quiere que plantes una semilla? La siembra de semilla es un acto de fe. Al plantar, estás participando con el proceso de Dios de la fecundidad. Cuando tú siembras, tomas lo que tienes y lo das. ¡Eso es fe! Y trae gloria a Dios.
Jesús describió este principio de sembrar y cosechar cuando explicó por qué vino a la tierra para morir en la Cruz. Jesús dijo, "Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.” (Juan 12:24 NVI)- Jesús estaba diciendo: "Millones de personas se salvarán e irán al cielo a causa de mi muerte y resurrección. Voy a plantar una semilla y la semilla es mi vida".
Aquí está el principio de la siembra y cosecha: de lo que necesites, planta una semilla. Si necesitas más tiempo, da más tiempo a tus hijos. Si necesitas más dinero, da más dinero a alguien que lo necesita. Si necesitas más sabiduría, comparte la sabiduría que tienes con los demás. De lo que necesites, planta una semilla. ¡Date a ti mismo!
No tiene sentido regalar algo que necesitas más, pero esa es exactamente la actitud que Dios quiere bendecir, y eso producirá fruto en tu vida. Cuando tengas una necesidad, no te quejes de ello, no lo desees, no te preocupes por ello — ¡solo planta una semilla!
¿QUÉ ESCUCHASTE? 
¿Qué te dijo Dios cuando leíste hoy la Escritura y el devocional? 
¿QUÉ PIENSAS? 
¿Cómo aplicas esto en tu vida?
¿QUÉ VAS A HACER? No solo escuches la Palabra. Sé un hacedor de la Palabra (Santiago 1:22).

AHORA HABLA CON DIOS. Esto es donde cambias tus pensamientos a oraciones. Pueden ser oraciones de gratitud o alabanza. Pueden ser oraciones de confesión o peticiones para que Dios te ayude. Tú decides. Toma un minuto para escribir la respuesta que Dios te dio en oración.

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