viernes, 3 de junio de 2016

Filled Under:


“Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una enorme multitud de testigos de la vida de fe...” HEBREOS 12:1 NTV
¿Qué haces cuando tienes ganas de darte por vencido? Todo el mundo tiene ese momento cuando no ven ninguna luz al final del túnel. Ellos han estado luchando con algo — quizá una cuestión de salud, una relación rota, problemas financieros o depresión — y empiezan a preguntarse si tienen la fuerza para seguir adelante. Si te encuentras en ese momento hoy, quiero compartirte algo de ánimo de Hebreos 12 y darte un motivo poderoso para seguir adelante.
Hebreos 11 es el "capítulo de fe" que nos habla de los grandes personajes de la fe: Abraham, Moisés, David y muchos otros. Sus historias son fuentes de estímulo de sí mismos. Pero una frase con la que comienza el primer versículo del capítulo siguiente es en la que me quiero enfocar. Hebreos 12:1 dice, "por lo tanto, ya que estamos rodeados de una enorme multitud de testigos de la vida de fe..."
Dios está diciendo, "No te des por vencido, porque el cielo te está mirando y alentándote." Es una noticia alentadora.
Tienes una audiencia. Nada de lo que haces, es privado. Nada de lo que has hecho ha estado oculto desde el cielo. Dios lo ve todo. Como Job dice, "¿No ve Dios todo lo que hago y cada paso que doy?" (Job 31:4 NTV). Y Jesús nos dice, "aun los cabellos de su cabeza están contados." (Lucas 12:7 NVI). Dios conoce cada detalle de tu vida. Él observa cada aliento que das. No hay nada que Él no sepa. ¡Y Él te ama a pesar de todo!
Y no es sólo Dios quien te está mirando. Abraham, Jacob, Moisés y todos los Santos también están allí.
¿No es alentador? Cuando comiences a desanimarte, recuerda que las personas que han pasado por peores circunstancias que tú, te están mirando para ver lo bien que estás soportando. ¡Y ellos te están animando desde las tribunas del cielo!
¿QUÉ ESCUCHASTE? ¿Qué te dijo Dios cuando leíste hoy la Escritura y el devocional?
¿QUÉ PIENSAS? ¿Cómo aplicas esto en tu vida?
¿QUÉ VAS A HACER? No solo escuches la Palabra. Sé un hacedor de la Palabra (Santiago 1:22).
AHORA HABLA CON DIOS. Esto es donde cambias tus pensamientos a oraciones. Pueden ser oraciones de gratitud o alabanza. Pueden ser oraciones de confesión o peticiones para que Dios te ayude. Tú decides. Toma un minuto para escribir la respuesta que Dios te dio en oración.

0 comentarios:

Publicar un comentario