“Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una
buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido.
Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no
llegaran a la perfección sin nosotros’’ HEBREOS
11:39-40 (NTV).
No es fácil vivir por fe. Vivimos
en un mundo quebrantado. Cuando Dios echó a Adán del Edén, le dijo a Adán que
la vida sería difícil. Y lo es. Hay una batalla cósmica en tu vida pasando
tanto dentro como fuera de ti. El tiempo no funciona bien. Nuestros cuerpos no
funcionan bien. Nuestras relaciones no funcionan bien. Tienes batallas con tu
propia naturaleza pecaminosa. También tienes batallas contra Satanás, que no
quiere nada más que "robar,
matar y destruir." Y a veces nos atrapa. Sólo queremos darnos por
vencidos.
Pero en Hebreos 11, Dios nos
insta a la espera, porque Dios no se ha olvidado de nosotros y cumplirá sus
promesas un día. Él promete darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11).
Él promete quitar nuestras lágrimas (Apocalipsis 7:17). Y nos da muchas otras
promesas a través de su Palabra.
Hebreos 11 menciona una variedad
de héroes bíblicos que demostraron su fe en las promesas de Dios: Abraham,
Isaac, Jacob, Moisés, David, Gedeón y Sansón, sólo para nombrar unos pocos.
Aunque tuvieron que soportar muchas dificultades, continuaron en sus jornadas
espirituales.
Después dice Hebreos
11:39-40, "Debido a su fe, todas esas personas
gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le
había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que
ellos no llegaran a la perfección sin nosotros".
Cuando sientas que quieres darte por
vencido, recuerda a los héroes de la Biblia e imita su fe. Un día, tu fe y la
de ellos será recompensada, y llegaremos todos juntos a la perfección.
¿QUÉ ESCUCHASTE? ¿Qué te dijo Dios cuando
leíste hoy la Escritura y el devocional? ¿QUÉ
PIENSAS? ¿Cómo aplicas esto en tu vida?
¿QUÉ
VAS A HACER? No solo escuches la Palabra. Sé un
hacedor de la Palabra (Santiago 1:22).
AHORA
HABLA CON DIOS. Esto es donde cambias tus
pensamientos a oraciones. Pueden ser oraciones de gratitud o alabanza. Pueden
ser oraciones de confesión o peticiones para que Dios te ayude. Tú decides.
Toma un minuto para escribir la respuesta que Dios te dio en oración.
0 comentarios:
Publicar un comentario