viernes, 3 de junio de 2016

Filled Under:


“Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros’’                            HEBREOS 11:39-40 (NTV).
No es fácil vivir por fe. Vivimos en un mundo quebrantado. Cuando Dios echó a Adán del Edén, le dijo a Adán que la vida sería difícil. Y lo es. Hay una batalla cósmica en tu vida pasando tanto dentro como fuera de ti. El tiempo no funciona bien. Nuestros cuerpos no funcionan bien. Nuestras relaciones no funcionan bien. Tienes batallas con tu propia naturaleza pecaminosa. También tienes batallas contra Satanás, que no quiere nada más que "robar, matar y destruir." Y a veces nos atrapa. Sólo queremos darnos por vencidos.
Pero en Hebreos 11, Dios nos insta a la espera, porque Dios no se ha olvidado de nosotros y cumplirá sus promesas un día. Él promete darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11). Él promete quitar nuestras lágrimas (Apocalipsis 7:17). Y nos da muchas otras promesas a través de su Palabra.
Hebreos 11 menciona una variedad de héroes bíblicos que demostraron su fe en las promesas de Dios: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David, Gedeón y Sansón, sólo para nombrar unos pocos. Aunque tuvieron que soportar muchas dificultades, continuaron en sus jornadas espirituales.
Después dice Hebreos 11:39-40, "Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros".
Cuando sientas que quieres darte por vencido, recuerda a los héroes de la Biblia e imita su fe. Un día, tu fe y la de ellos será recompensada, y llegaremos todos juntos a la perfección.
¿QUÉ ESCUCHASTE? ¿Qué te dijo Dios cuando leíste hoy la Escritura y el devocional? ¿QUÉ PIENSAS? ¿Cómo aplicas esto en tu vida?
¿QUÉ VAS A HACER? No solo escuches la Palabra. Sé un hacedor de la Palabra (Santiago 1:22).
AHORA HABLA CON DIOS. Esto es donde cambias tus pensamientos a oraciones. Pueden ser oraciones de gratitud o alabanza. Pueden ser oraciones de confesión o peticiones para que Dios te ayude. Tú decides. Toma un minuto para escribir la respuesta que Dios te dio en oración.

0 comentarios:

Publicar un comentario